Por décimo primera vez desde 1996 se ha preguntado en los sondeos ASEP por las preferencias de los españoles respecto a la organización territorial de España. La pregunta es muy sencilla, puesto que se ofrecen varias opciones, una que implica volver a un estado algo más centralizado (o menos descentralizado), la de “que el Gobierno de la Nación recupere algunas competencias ya traspasadas a las Comunidades Autónomas”, otra que implica no cambiar nada (“Que todo siga como ahora”), una tercera que implica una mayor coordinación entre las diversas administraciones públicas (“Establecer una Administración Única, de manera que se eviten los solapamientos de competencias nacionales, autonómicas y locales”), y dos que implicarían una descentralización mayor (“Establecer un Estado Federal”) o incluso absoluta (“Que las Comunidades Autónomas que lo deseen se declaren Estados Independientes, separados de España”). Es evidente que la mayoría de los españoles prefieren que todo siga como ahora, pero a partir de 2006 se observa un crecimiento de las opiniones que preferirían que el Gobierno de España recupere algunas competencias ya trasferidas a las Comunidades Autónomas, hasta el punto de ser ahora la segunda opción más preferida. Por el contrario, la opción de un Estado Federal no parece ser preferida ni siquiera por un 10% de los electores, y la independencia de las Comunidades Autónomas que lo deseen no recibe el apoyo de más del 5% de los electores.
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