Sistema de Indicadores ASEP
Pasado un mes desde las últimas elecciones la opinión pública española no parece estar más satisfecha que antes de que estas se celebraran, como lo demuestran los diferentes indicadores, y especialmente los económicos. Así, los indicadores económicos principales, como cabía esperar, continúan muy por debajo del nivel de equilibrio, en sus valores más bajos desde hace años, indicando la existencia creciente de mas insatisfechos y pesimistas que de satisfechos y optimistas. Concretamente, el Sentimiento del Consumidor disminuye nueve puntos, y la Evaluación de la Situación Económica Nacional pierde once puntos, de manera que ambos indicadores obtienen unos valores peores incluso que en abril de 2003, cuando el conflicto de Irak, y similares a los de principios de 1995, cuando la inflación y el paro crecieron muy significativamente en España. El Sentimiento del Consumidor se encuentra ya 25 puntos por debajo del nivel de equilibrio, y la Evaluación de la Situación Económica Nacional está 38 puntos por debajo. Puede que España no esté padeciendo una crisis económica, como afirma el Gobierno, pero los ciudadanos parecen pensar de otro modo. De los dos indicadores sobre ahorro, la propensión al ahorro disminuye seis puntos respecto a febrero pasado, y la proporción de ahorradores se reduce en cuatro puntos porcentuales. Ambos indicadores obtienen los valores más bajos de los últimos doce meses. El Optimismo Personal pierde también siete puntos desde febrero, y se sitúa ya 15 puntos por debajo del nivel de equilibrio, su peor resultado desde el 2003. Así pues, los tres indicadores derivados del Sentimiento del Consumidor no solo siguen este mes por debajo del nivel de equilibrio, sino que se hunden cada vez más, reflejando la incertidumbre y el pesimismo de los españoles respecto a la economía nacional y la personal, siendo la Evaluación de la Situación Económica de España el indicador más negativo de los tres, y el Índice de Optimismo el menos negativo, como siempre. Los otros indicadores sociales son menos susceptibles de variación, si bien de un mes a otro pueden producirse ligeras oscilaciones. La Satisfacción con la Calidad de Vida se mantiene en valores muy altos y pierde un punto este mes. El post-materialismo continúa lejos del 40% habitual hace años y por primera vez baja incluso del 30%, obteniendo el peor resultado desde el comienzo de esta serie temporal en 1988, lo que parece confirmar el retorno de muchas sociedades post-industriales, y en particular la española, a valores más materialistas, que ponen el énfasis en la seguridad personal y económica, así como en el mayor respeto por la autoridad. Y la práctica religiosa apenas varía de un mes a otro, como cabe esperar, pues no es un indicador que deba fluctuar en tan cortos períodos de tiempo. De los dos indicadores políticos principales, la Satisfacción con el Funcionamiento de la Democracia pierde un punto, y la Satisfacción con el Gobierno gana otro punto. Ambos indicadores continúan en niveles por encima del nivel de equilibrio. Los otros indicadores políticos (alienación política, centro de gravedad ideológico, y sentimiento nacionalista-español) se mantienen en valores similares a los del mes pasado, y en general apenas varían de un mes a otro. Persiste también la satisfacción por la pertenencia de España a la Unión Europea, que incluso gana cuatro puntos este mes. En lo que respecta a la imagen de instituciones, el ranking de este mes es el siguiente: La Corona (6,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos), las Fuerzas Armadas (5,9), el Sistema Electoral Español (5,1), el Gobierno de España (5,0), el Consejo Superior del Poder Judicial (4,5), los Tribunales de Justicia (4,4), los Bancos (4,3), los Jueces (4,2) y los Partidos Políticos (4,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos). Por comparación con la última valoración obtenida por cada institución, todas las instituciones tienen este mes una valoración más baja que la última, excepto los Partidos Políticos, que ganan dos décimas, siendo los Jueces, los Tribunales de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial los que más pierden, seis y cinco décimas respectivamente. En el ranking de personajes públicos Adolfo Suárez recibe la valoración más alta este mes (6,2 puntos en una escala de 0 a 10 puntos) seguido de la Infanta Elena (5,6), Felipe González (5,3 puntos), y Rodríguez Zapatero (5,0). Todos los demás líderes reciben puntuaciones por debajo de los 5 puntos: Calvo Sotelo y Ruiz Gallardón (4,9), Bono (4,8), Soraya Sáenz de Santamaría (4,1), Mariano Rajoy (3,9), Fernández Bermejo (3,8), Esperanza Aguirre (3,7), y Aznar y Llamazares (ambos 3,5 puntos en la escala de 0 a 10 puntos). La estimación de voto este mes indica que existe una diferencia entre el PSOE y el PP (favorable todavía al PSOE) de 3,5 puntos porcentuales, con una abstención estimada del 23,4%, que es 2,8 puntos porcentuales inferior a la realmente observada en las elecciones del pasado mes de marzo. Al comparar la estimación de este mes con los resultados de las recientes elecciones parece deducirse que la mayoría de los partidos están ganando electorado, pero ello solo refleja el hecho de que la abstención estimada en este sondeo es inferior a la realmente registrada hace un mes. En realidad estos incrementos son normales después de unas elecciones, pues aumenta la proporción de los que afirman haber votado y por tanto la mayoría de los partidos obtienen mejores intenciones y estimaciones de voto que en la realidad. Por ello, solo pierden una décima cada uno los nacionalistas de centro y derecha y los votantes de “otros” partidos, y la abstención disminuye en veintiocho décimas (que es lo que justifica el incremento en la estimación de voto para casi todos los partidos). La estimación de voto que resulta de este sondeo de abril sugiere que ni siquiera los resultados electorales han influido en las actitudes de los españoles. Todo parece seguir como antes de las elecciones, como durante los cuatro años entre las elecciones del 2004 y 2008. El mensaje es siempre el mismo, estimaciones muy similares para PSOE y PP, con una muy pequeña diferencia a favor del PSOE, como así sucedió en 2004, y más pequeña aún en 2008. No obstante, no parece probable que esta situación cristalice otros cuatro años, y más bien parece que se pueden esperar cambios a corto plazo.
Evaluación de los Resultados Electorales
La mayoría de los españoles parece estar relativamente satisfecha con los resultados electorales, concretamente un 52%, pero un tercio afirman estar insatisfechos con ellos. Al preguntar a los insatisfechos por el resultado que habrían preferido, casi la mitad mencionan una victoria del PP por mayoría absoluta, y más de una cuarta parte habrían preferido una victoria del PP aunque no fuese por mayoría absoluta. En total, por tanto, casi tres de cada cuatro entrevistados insatisfechos con los resultados electorales habrían preferido una victoria del PP.
La Sesión de Investidura
Dos de cada tres españoles saben que Zapatero fue elegido en la sesión de investidura en segunda votación y solo con el apoyo de su partido, lo que sugiere un amplio interés y grado de información sobre las cuestiones políticas importantes. No obstante, debe subrayarse que un tercio de los entrevistados no sabe que Zapatero fue elegido en segunda votación. La mitad de los entrevistados, además, sabe que el PP votó que no en las dos votaciones para la investidura, un conocimiento que es evidentemente más especializado que el anterior. Pero cuando se pregunta por lo que el entrevistado habría deseado que votase el PP, la mitad no contesta, y una cuarta parte de los entrevistados opina que habría deseado que el PP votase no en las dos votaciones de investidura.
La Nueva Legislatura
La pasada legislatura ha sido enormemente crispada, hasta el punto de que los medios de comunicación, los diferentes sectores sociales, y sobre todo la opinión pública, han estado solicitando desde hace tiempo una nueva legislatura de acuerdo y colaboración entre los dos grandes partidos. Pero, a pesar de que tanto el PSOE como el PP parecen haber iniciado esta nueva legislatura con nuevo talante, y que parecen evitar las confrontaciones de otros tiempos, la opinión pública no parece estar convencida de que vayan a cambiar su forma de proceder, de manera que aunque un 30% opina que esta legislatura será más tranquila y que habrá acuerdos entre PSOE y PP, todavía un 53% cree que esta legislatura será como la anterior. Confirmando lo que decíamos al comienzo de este epígrafe, tres de cada cuatro españoles desearían que esta legislatura fuese más tranquila que la anterior, y con acuerdos entre el PSOE y el PP. Por último, y pensando en la nueva legislatura, se pidió a los entrevistados que indicaran las tres medidas de gobierno que les parecerían más urgentes para que fueran adoptadas en estos próximos cuatro años. Puede comprobarse que, cuando se pidió que mencionaran la primera medida más urgente, un 31% señaló “La intervención del Gobierno para frenar la escalada de los precios”, y un 23% se refirió a “Adoptar medidas para hacer frente a la crisis económica”. Alrededor de un 10% en cada caso mencionaron “Un acuerdo entre PSOE y PP para las cuestiones más importantes de Estado” e “Impedir la llegada de más inmigrantes sin papeles” respectivamente. Cuando se toman en consideración las tres medidas que podía mencionar cada entrevistado se repite este mismo orden, aunque dando preferencia a impedir la llegada de más inmigrantes sin papeles sobre el acuerdo entre PSOE y PP.