Sistema de Indicadores ASEP
La situación política parece estar en un “punto muerto”, como ya se comentó en los Flashes del mes pasado, y por ello tampoco se observan cambios significativos en el Sistema de Indicadores, a pesar de que la situación económica no solo no está en punto muerto, sino más bien en proceso de empeoramiento continuado. Los indicadores económicos principales continúan muy por debajo del nivel de equilibrio, en sus valores más bajos desde hace años, indicando la existencia creciente de mas insatisfechos y pesimistas que de satisfechos y optimistas. Pero no han disminuido aún más este mes. Concretamente, el Sentimiento del Consumidor se mantiene en el mismo valor que en abril, y la Evaluación de la Situación Económica Nacional gana un punto. El Sentimiento del Consumidor se encuentra ya 25 puntos por debajo del nivel de equilibrio, y la Evaluación de la Situación Económica Nacional está 37 puntos por debajo. De los dos indicadores sobre ahorro, la propensión al ahorro aumenta dos puntos respecto al mes pasado, y la proporción de ahorradores aumenta un punto porcentual, signos ambos que suelen acompañar a la incertidumbre económica. El Optimismo Personal gana también un punto desde febrero, y se sitúa 14 puntos por debajo del nivel de equilibrio, uno de sus peores resultados desde el 2003. Así pues, los tres indicadores derivados del Sentimiento del Consumidor continúan este mes por debajo del nivel de equilibrio, pero sin haber empeorado, reflejando la incertidumbre y el pesimismo de los españoles respecto a la economía nacional y la personal. Los otros indicadores sociales son menos susceptibles de variación, si bien de un mes a otro pueden producirse ligeras oscilaciones. La Satisfacción con la Calidad de Vida se mantiene en valores muy altos y gana un punto este mes. El post-materialismo continúa lejos del 40% habitual hace años y pierde otro punto este mes, obteniendo el peor resultado desde el comienzo de esta serie temporal en 1988 (28%), lo que además de reflejar la preocupación de los españoles por la situación económica actual, parece confirmar el retorno de la población española, al igual que el de muchas otras sociedades post-industriales, a valores más materialistas, que ponen el énfasis en la seguridad personal y económica, así como en el mayor respeto por la autoridad. La práctica religiosa apenas varía de un mes a otro, como cabe esperar, pues no es un indicador que deba fluctuar en tan cortos períodos de tiempo, pero cada vez es más frecuente que el promedio (en una escala de 1 a 4 puntos) esté por debajo de los 2 puntos. De los dos indicadores políticos principales, la Satisfacción con el Funcionamiento de la Democracia pierde cinco puntos, el segundo peor valor de los últimos doce meses, y un indicador que puede estar reflejando cierto malestar de los españoles con la actual situación política, así como cierto cansancio y desilusión con el funcionamiento de las instituciones democráticas. En esta situación de atonía política no es raro que la Satisfacción con el Gobierno gane otro punto. Ambos indicadores continúan en niveles por encima del nivel de equilibrio (muy por encima en el caso de la Satisfacción con el funcionamiento de la Democracia, que se sitúa en 149 en una escala de 0 a 200, mientras que la Satisfacción con el Gobierno solo está 12 puntos por encima del nivel de equilibrio). Los otros indicadores políticos (alienación política, centro de gravedad ideológico, y sentimiento nacionalista-español) se mantienen en valores similares a los del mes pasado, y en general apenas varían de un mes a otro, aunque todos ellos empeoran levemente Persiste también la satisfacción por la pertenencia de España a la Unión Europea, que sin embargo pierde tres puntos este mes. En lo que respecta a la imagen de instituciones, el ranking de este mes es el siguiente: La Corona y la Unión Europea (6,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos), las Fuerzas Armadas (6,0), las Naciones Unidas (5,7), el Gobierno de España (5,2), la OTAN y el Fiscal del Estado (4,8), los Bancos (4,5), y el Nuevo Estatuto para Cataluña (3,9 puntos en una escala de 0 a 10 puntos). Cada mes se consolida más la diferente valoración entre La Corona y las Fuerzas Armadas por un lado, y el Gobierno de la Nación y otras instituciones políticas por otro, siendo las primeras bastante mejor valoradas que las segundas. En el ranking de personajes públicos la Princesa Letizia recibe este mes la valoración más alta entre todos los líderes por los que se ha preguntado (5,9 puntos en una escala de 0 a 10 puntos), seguida por Felipe González (5,5), José Luis Rodríguez Zapatero (5,1) y José Bono y Mª Teresa Fernández de la Vega (ambos con 5,0 puntos). Todos los demás personajes por los que se ha preguntado este mes reciben puntuaciones inferiores a los 5 puntos: José Antonio Alonso (4,4), Miguel Angel Moratinos (4,2), Soraya Sáenz de Santamaría (4,0), Gaspar Llamazares (3,8), Mariano Rajoy (3,7), José Mª Aznar (3,4), Eduardo Zaplana (3,3) y Angel Acebes (3,2 puntos en la escala de 0 a 10 puntos). La estimación de voto este mes indica que existe una diferencia entre el PSOE y el PP (favorable todavía al PSOE) de 3,3 puntos porcentuales (4 décimas más alta que la observada en las elecciones últimas), con una abstención estimada del 26,4%, que es dos décimas de punto porcentual superior a la realmente observada en las elecciones del pasado mes de marzo. Al comparar la estimación de este mes con los resultados de las recientes elecciones se observa una pérdida de 4 décimas de punto porcentual para el PP. Solo los nacionalistas de centro y derecha pierden algo más (5 décimas de punto porcentual), reflejando también el desconcierto que en CiU y PNV sobre todo han provocado los malos resultados electorales, que han provocado asimismo tensiones internas entre diferentes “sensibilidades”, como les gusta denominar a los políticos a las diferentes estrategias políticas. Y también pierden 5 décimas los “otros” partidos no representados en el Parlamento, por razones similares. Por el contrario, el PSOE parece mantener exactamente su electorado de las últimas elecciones, y ganan 4 décimas IU, 3 décimas los nacionalistas de izquierda (ERC, BNG y NaBai), y 2 décimas la UPD de Rosa Díez. Por supuesto estas pérdidas y ganancias absolutas tienen un peso relativo muy diferente según el respaldo electoral recibido por cada partido en las recientes elecciones. La estimación de voto que resulta de este sondeo de mayo sugiere que la situación de “impasse” político que dura ya más de dos meses, junto a las tensiones dentro del PP, solo han modificado muy levemente la diferencia de respaldo electoral para los dos grandes partidos, de manera que la diferencia entre el PSOE y el PP sigue siendo muy pequeña, pero solo algo mayor que en las recientes elecciones, y por supuesto inferior a la de las elecciones de 2004.
Penas que Deberían Aplicarse a ciertos Delitos
Esta es ya la tercera vez que se pregunta por las penas aplicables a ciertos delitos, la primera en febrero de 2007, la segunda en diciembre de ese mismo año, y la tercera ahora en mayo de 2008. En las tres ocasiones se ha procurado hacer la pregunta en un contexto social no afectado por algún delito especialmente escandaloso o saliente para la opinión pública. La primera cuestión que debe subrayarse es que en las tres fechas más del 80% de los españoles de 18 y más años opinan que hay “crímenes que merecen condenas mayores de 40 años en la cárcel”. Como se sabe, la última reforma del Código Penal establecía los 40 años como tiempo máximo de permanencia en la cárcel por cualquier delito, por importante que este sea. Pues los datos son concluyentes, menos de un 15% de los españoles respaldan esa limitación legal mientras que más de un 80% consideran que hay delitos que merecen penas mayores. Y cuando se pregunta más detalladamente por las penas que consideran adecuadas para determinados tipos de delito se observa que la opinión pública española va mucho más allá que las leyes en cuanto a su represión. Concretamente, no llega al 50% la proporción de entrevistados que opina que los terroristas, pederastas, maltratadores, asaltantes a chalets, traficantes de droga y conductores temerarios que hayan provocado muertes deban pasar 40 años o menos en la cárcel. Es decir, la mayoría piensa que se les deberían imponer penas mayores a todos ellos. Pero es que la proporción de españoles que impondría cadena perpetua hasta morir en la cárcel o incluso pena de muerte directamente supera el 50% en lo que respecta a “terroristas que hayan matado a más de 20 personas”, “pederastas que secuestren a una niña de 12 años, la violen y luego la maten”, y “maltratadores que habitualmente maltraten a su mujer y finalmente la maten”. Incluso entre un tercio y la mitad de los entrevistados consideran que los “asaltantes a chalets que torturen a los dueños…y finalmente los maten” y los “traficantes de droga …..que hayan causado la muerte a más de 20 jóvenes” merecen cadena perpetua hasta morir en la cárcel e incluso la pena de muerte. Finalmente, hay que subrayar también que a pesar del breve tiempo transcurrido entre la primera investigación en febrero 2007 y esta de mayo de 2008 (un año y tres meses), las opiniones de los españoles se han hecho crecientemente más duras, es decir, con el tiempo han aumentado las proporciones que piden la pena de muerte o la cadena perpetua hasta morir en la cárcel para todos los delitos mencionados.
La Organización Territorial del Estado
También en este caso se trata de una pregunta que se ha hecho en numerosas ocasiones, concretamente en once ocasiones durante los últimos doce años. Y los resultados han variado muy poco, sugiriendo que alrededor de la mitad de los españoles prefiere que todo siga como hasta ahora, pero mientras ha aumentado hasta alrededor de un 15% la proporción de quienes desearían “que el Gobierno de la Nación recupere algunas competencias ya traspasadas a las Comunidades Autónomas”, ha disminuido hasta menos del 10% la proporción de quienes preferirían un Estado federal, y hasta menos de un 5% la proporción de quienes opinan que las Comunidades Autónomas que lo deseen deberían poder declararse independientes de España. Los datos de este mes refuerzan la idea de que los españoles no desean ni un Estado Federal ni la segregación de ciertas Comunidades como estados autónomos e independientes de España.
Preocupación por la Unidad de España
Más del 60% de los españoles se preocuparían mucho o bastante si España dejase de ser un país unido y se fragmentase en varios países independientes. Esta opinión es muy similar a la obtenida hace más de un año, en febrero de 2007. Por el contrario, aquellos a quienes la ruptura de España en varios países independientes les preocuparía poco o nada en absoluto, o les daría igual, suman alrededor de un tercio en las dos investigaciones, la de ahora en mayo y la anterior de hace más de un año. Aparte de la preocupación personal por la ruptura de España, se ha preguntado también en tres ocasiones (febrero y septiembre de 2007 y ahora en mayo) si se piensa que el Gobierno está defendiendo con firmeza y eficacia la unidad de España o, por el contrario, está colaborando a su fragmentación. Alrededor de la mitad de los entrevistados en las tres fechas ha opinado que el Gobierno está defendiendo con firmeza y eficacia la unidad de España, y alrededor de un tercio ha sido de la opinión de que el Gobierno ha estado colaborando a su fragmentación.